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Ingeniero de 76 años que trabajó para el Banco Mundial, Sagasti fue elegido como nuevo presidente del Congreso, pero le corresponde asumir automática e inmediatamente como jefe de Estado, según la Constitución.

El parlamentario centrista Francisco Sagasti fue elegido este lunes como titular del Congreso de Perú, lo que automáticamente lo proyecta al cargo de presidente de la república, cargo que asumirá mañana, debido a la acefalía provocada por la renuncia de Manuel Merino, quien dimitió ayer, cinco días después de haber iniciado su gestión.

Sagasti, ingeniero de 76 años, será el tercer jefe del Ejecutivo en poco más de una semana y el cuarto en lo que va del actual período quinquenal de gobierno, iniciado el 28 de julio de 2016, tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski en marzo de 2018, la destitución de Martín Vizcarra el lunes pasado y la dimisión de Merino.

Además, podría no ser el último si prospera una iniciativa anunciada ayer por su Partido Morado para debatir en el Congreso la anulación de la remoción de Vizcarra y su reposición en el gobierno.

La designación fue posible con 97 votos a favor y 26 en contra, sin abstenciones, luego de que la mayoría del parlamento rechazara anoche la lista única que encabezaba la izquierdista Rocío Silva Santisteban y en la que Sagasti figuraba como primer vicepresidente, lo que lo habría dejado automáticamente como titular del Congreso.

Tanto Sagasti como los tres nuevos vicepresidentes del parlamento -Mirtha Vásquez, del Frente Amplio izquierdista, Luis Roel, del centrista Acción Popular, y Matilde Fernández, del socialcristiano Somos Perú- juraron sus cargos esta tarde y el primero asumirá la presidencia de la república mañana, a las 16 (las 18 en la Argentina), según la agencia de noticias Andina.

En su primer discurso como presidente del Congreso, Sagasti llamó a todas las fuerzas políticas a “trabajar en conjunto” para “devolverle la confianza a la ciudadanía, con empatía y con responsabilidad”, y luego de la ceremonia rindió homenaje a los dos jóvenes muertos el sábado durante la represión de las protestas callejeras contra el entonces mandatario Merino.

“Debemos estar a la altura de las circunstancias, estamos con toda la voluntad, creo que Sagasti lo hará, responderá a las expectativas de la ciudadanía, queremos encauzar el proceso de transición que hay que garantizar en forma adecuada, correcta y confiable para la población”, afirmó Vásquez, quien presidirá el Congreso una vez que su flamante titular asuma la jefatura del Ejecutivo.

El nombramiento de Sagasti fue celebrado por cientos de manifestantes concentrados en las inmediaciones del Congreso y por transeúntes y automovilistas en diversas zonas de Lima, según la agencia de noticias AFP.

De ese modo, el fragmentado Congreso -10 fuerzas se reparten las 130 bancas y la más numerosa tiene apenas 24 legisladores- buscó solucionar el último capítulo de una crisis institucional que hizo eclosión en el presente período de gobierno y fue agravada por la pandemia de coronavirus y la consecuente recesión económica.

Esa situación estuvo causada por la caída de numerosos liderazgos a raíz del escándalo de los sobornos de Odebrecht y otros casos de corrupción, en el contexto de una ya antigua atomización de las preferencias ciudadanas, expresada en una gran cantidad de partidos, ninguno de los cuales es hegemónico.

Así, Kuczynski renunció para evitar ser destituido en el segundo juicio político que el Congreso le formó en menos de tres meses y Vizcarra disolvió el parlamento en septiembre de 2019 en uso de la facultad constitucional que permite a un mandatario hacerlo si los legisladores niegan el voto de confianza a un gabinete por segunda vez en un mismo período.

Más recientemente, Vizcarra fue removido por el Congreso en el segundo juicio político al que lo sometió en menos de dos meses, y Merino duró apenas cinco días en el gobierno, jaqueado por constantes protestas cuya represión dejó dos muertos y más de un centenar de heridos.

La prueba más concluyente de esa fragmentación política es que anoche el Congreso no logró reunir los votos suficientes para designar a una junta directiva que, en lista única, había sido acordada horas antes por los jefes de todas las bancadas.

Además de una extensa carrera como investigador científico y docente, Sagasti acumula experiencia en la administración pública, en la que ocupó diversos cargos en los dos gobiernos de Alan García, en el de Ollanta Humala y en los regímenes de facto de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez.

Además, durante varios años desempeñó funciones en la ONU y el Banco Mundial.

En 2017 acompañó en la fundación del Partido Morado al economista Julio Guzmán, después de que la candidatura presidencial de este para las elecciones de 2016 fuera inhabilitada por supuestas irregularidades en la inscripción de la coalición Todos por el Perú.

En enero de este año encabezó la lista de candidatos al Congreso y presidió el bloque del Partido Morado, por el cual es precandidato a segundo vicepresidente de la república para las elecciones del 11 de abril de 2021 en la fórmula que postula a Guzmán para la presidencia.

Mientras tanto, se aguardaba el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre la validez de la destitución de Vizcarra y la Defensoría del Pueblo informó que aún buscaba a dos personas que estaban desaparecidas desde las protestas del sábado.

Télam.

El equipo de campaña del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, publicó en las últimas horas de este domingo las cuatro líneas de acción del futuro gobierno en la plataforma oficial demócrata en la que consideró prioritarios la lucha contra el coronavirus, la recuperación de la economía, la equidad racial y el cambio climático.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, asistió este domingo a misa y reveló las cuatro prioridades iniciales de su gobierno, mientras el mandatario, Donald Trump, volvió a jugar golf, reiteró críticas a la prensa y recibió consejos de familiares cercanos para que aceptara la derrota electoral.

Así transcurrió el primer día luego de que ayer se reportara el triunfo del demócrata Biden en el estado Pensilvania, que le garantizó la mayoría absoluta de electores y dividió al Partido Republicano entre quienes reconocieron el resultado y los que apoyan a Trump en su cuestionamiento del escrutinio.

Biden inició la jornada en la iglesia católica San José Brandywine, en Greenville, en las afueras de Filadelfia -la ciudad más grande Pensilvania-, donde asistió a misa junto a sus familiares más cercanos y visitó el cementerio vecino, en el que están sepultados sus padres, su primera esposa y dos de sus hijos.

Periodistas que cubrieron esa actividad afirmaron que el presidente electo se arrodilló brevemente frente a una de las tumbas, según la agencia de noticias Europa Press.

Más tarde, la campaña de Biden actualizó su página web y publicó las que serán las cuatro prioridades iniciales del gobierno del presidente electo y su compañera de fórmula, Kamala Harris: combate al coronavirus, recuperación económica, igualdad racial y cambio climático.

Biden y Harris se proponen asegurar acceso a pruebas de coronavirus a toda la población, solucionar los problemas de protección al personal sanitario y divulgar información basada en evidencias, así como promover la creación de empleos “bien remunerados” y la ayuda económica para evitar despidos, entre otras medidas.

Además, prometieron eliminar “obstáculos a la participación” en la economía por motivos de raza y ampliar “el acceso a las oportunidades”, así como “reconstruir” la infraestructura para un crecimiento sostenible, eliminar las emisiones en el transporte público y lograr una producción de electricidad limpia de carbono.

Asimismo, Biden publicó en su cuenta en Twitter un video de un minuto y 28 segundos titulado “Desde el fondo de mi corazón: gracias”, en el que incluyó imágenes de los actos de la campaña y expresó: “Gracias por apoyarme, gracias por escuchar, gracias por creer, por acompañarnos, por nominarme”.

Mientras tanto, Trump regresó a su club privado de golf de Sterling -allí estaba ayer en el momento en que se hizo público el decisivo resultado en Pensilvania-, donde fue recibido en la ruta de acceso por simpatizantes republicanos y también por demócratas que portaban pancartas con leyendas tales como “Naranja aplastado” y “Trumpty Dumpty se cayó del muro”.

Con menos énfasis que hasta ayer, el mandatario volvió sin embargo a cuestionar el proceso de escrutinio y los resultados divulgados.

“El mejor encuestador de Gran Bretaña escribió esta mañana que esta fue claramente una elección robada, que es imposible imaginar que Biden superó a (el expresidente Barack) Obama en algunos de estos estados”, escribió Trump en Twitter.

“¿Desde cuándo los medios tendenciosos dicen quién será nuestro próximo presidente? Todo hemos aprendido mucho en las últimas dos semanas”, dijo en otro mensaje por la misma vía.

Junto a los mensajes del mandatario, Twitter incluyó la siguiente leyenda: “Esta afirmación sobre fraude electoral está en disputa”.

Paralelamente, la esposa y el yerno del jefe de la Casa Blanca, Melania Trump y Jared Kushner -además, asesor del mandatario- le recomendaron a Trump que reconozca el triunfo electoral de Biden, según la televisora CNN.

Melania “se ha unido a las voces del círculo íntimo del presidente Trump que le aconsejan que ha llegado al momento de aceptar la derrota”, afirmó CNN, que sustentó esa afirmación en “una fuente familiarizada con las conversaciones” en el entorno del presidente.

No obstante, en Twitter, Melania dijo que “el pueblo estadounidense merece elecciones justas” y “cada voto legal -no ilegal- debe ser contado”, y el vocero de la campaña de Trump, Jason Miller, sostuvo que Kushner “asesoró a Trump para que siga todas las vías legales para garantizar la precisión” de los resultados de las elecciones.

Paralelamente, George Walker Bush, el único expresidente republicano vivo, afirmó que “los estadounidenses pueden tener confianza en esta elección honesta, cuya integridad será confirmada y cuyo resultado es claro”, aunque admitió que Trump “tiene derecho” a pedir que se recuenten los votos.

“Aunque tenemos diferencias políticas, conozco a Joe Biden y sé que es un buen hombre que ha aprovechado la oportunidad que ha tenido para liderar y unificar a nuestro país”, dijo Bush en un comunicado.

Ayer reconocieron el triunfo de Biden los tres expresidentes demócratas vivos, Jimmy Carter, Bill Clinton y Obama.

El Congreso de Perú destituyó este lunes al presidente Martín Vizcarra, con 105 votos a favor, 19 en contra y cuatro abstenciones, en el segundo juicio político al que lo sometió en menos de dos meses y cuando faltan cinco meses para las próximas elecciones presidenciales.

El Congreso unicameral de Perú destituyó este lunes al presidente Martín Vizcarra, el segundo mandatario al que depone en lo que va del presente período de gobierno y cuando faltan apenas cinco meses para que se celebren elecciones presidenciales.

Vizcarra fue removido este lunes por la noche por una amplia mayoría de 105 votos contra 19 en contra y cuatro abstenciones, según la radio RPP, menos de dos meses después de un proceso similar en el que solo 32 legisladores se pronunciaron por la destitución.

Dado que en este momento Perú no tiene vicepresidente, le corresponde asumir el Ejecutivo al presidente del Congreso, Manuel Merino, y convocar “de inmediato” a elecciones, según la Constitución, que sin embargo no precisa un plazo para ello.

La moción de vacancia (juicio político) debatida hoy se originó en denuncias según las cuales Vizcarra recibió sobornos por 2,3 millones de nuevos soles (equivalentes a poco más de 630.000 dólares al cambio actual) a cambio de otorgar dos contratos de obras públicas cuando era gobernador del departamento sureño Moquegua.

El mandatario fue cesado por “incapacidad moral permanente”, que es una de las causas establecidas por la Constitución para que el Congreso destituya a un presidente.

En el actual período, iniciado el 28 de julio de 2016, el presidente Pedro Pablo Kuczynski renunció en marzo de 2018 para evitar ser destituido en el segundo juicio político que le inició el Congreso en menos de tres meses, y fue sucedido por su hasta entonces vicepresidente Vizcarra.

Asimismo, en septiembre de 2019 Vizcarra disolvió el Congreso en uso de la facultad que la Constitución le confiere para hacerlo si el parlamento le deniega la confianza a un gabinete por segunda vez dentro de un mismo período, y en enero pasado se celebraron comicios para elegir la actual composición del Legislativo.

Desde que fue admitido en la Constitución en la reforma de 1993, es la quinta vez que se pone en marcha un proceso de vacancia contra un presidente.

El único fuera del actual período de gobierno se produjo en 2010 y derivó en la destitución de Alberto Fujimori, quien días antes había renunciado al cargo desde Japón.

La mayoría de las encuestas pronostican una victoria del candidato opositor, el exvicepresidente Joe Biden, y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, tanto por el voto popular como en el Colegio Electoral, que es el que vale legalmente.

Tras una votación anticipada récord, millones de estadounidenses se movilizarán este martes para elegir presidente, renovar toda la Cámara baja del Congreso, un tercio del Senado y las legislaturas de la mayoría de los estados, en medio de un fuerte clima de polarización política, de la peor crisis económica en décadas y con las cifras epidemiológicas de la pandemia aún sin control.

La mayoría de las encuestas pronostican una victoria del candidato opositor, el exvicepresidente Joe Biden, y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, tanto por el voto popular como en el Colegio Electoral, que es el que vale legalmente.

Sin embargo, los sondeos se equivocaron hace cuatro años y, por eso, el presidente y candidato a la reelección, Donald Trump, sostiene que repetirá la sorpresa de 2016.

No obstante, estas elecciones tienen muchos condimentos nuevos: fue la campaña más cara de la historia de Estados Unidos; todo indica que por primera vez en la historia más gente habrá votado -por correo o presencialmente- antes del día de las elecciones que durante los comicios propiamente dichos; y el propio presidente agitó el fantasma de un fraude al punto de generar temores declarados de la oposición de una crisis poselectoral.

 

El efecto de la pandemia

A esto se suma la inédita combinación de una pandemia que mató a más de 231.000 personas y profundizó la polarización entre un oficialismo que no la considera la prioridad política y una oposición que exige un cambio de rumbo, y una crisis económica que frenó el período de crecimiento más largo de la historia del país e inauguró una recesión, aún pese a algunos signos de recuperación.

En general, cuando un presidente busca su reelección, los comicios se convierten en una suerte de referéndum sobre su gestión. Pero esta vez, dado este complejo y distintivo contexto, el referéndum podría ampliar su alcance a los aliados más visibles de la Casa Blanca y al partido oficialista en general.

 

El Congreso

La oposición demócrata no solo logró movilizar un número inédito de millones de dólares para recuperar la Casa Blanca, sino para castigar, por ejemplo, a su hombre en el Congreso -el jefe de la bancada mayoritaria en el Senado, Mitch McConnell- y a uno de los artífices de su mayor legado (más de 200 confirmaciones de jueces conservadores, tres de ellos en la Corte Suprema), el presidente de la Comisión de Justicia en la misma cámara, Lindsey Graham,

Mientras nadie -excepto Trump- vislumbra la posibilidad de que la oposición demócrata pierda el control de la cámara baja del Congreso, la movilización nacional en torno a varias elecciones senatoriales puso en peligro el dominio republicano de la cámara alta.

Los republicanos poseen hoy una mayoría de 53-47 en el Senado y este martes se pondrán en juego 35 bancas, 23 en manos de ellos y 12, de los demócratas.

El posible avance demócrata que pronostican la mayoría de las encuestas también podría expandirse sobre las legislaturas locales que se renovarán este martes y que, en este año particular, suman un valor extra.

Tras el reciente censo nacional, todos los poderes legislativos de los estados deberán redibujar el año próximo los distritos electorales y ya no es secreto que en muchos casos el trazado beneficia a la mayoría parlamentaria del momento.

El dinero no es ni la única ni la principal señal de que esta elección logró movilizar más a la sociedad estadounidense.

 

La votación anticipada

Un día antes de las elecciones, ya votó de manera anticipada en torno al 70% del total de la participación de 2016, una cifra sin precedentes que en Texas superó el 100% de la participación de la anterior elección presidencial y, en otros 11 estados, el 85%, incluidos seis estados considerados clave para el resultado final.

En Estados Unidos, no se conoce el tamaño del padrón antes de las elecciones, pero sí cuántos ciudadanos están en condiciones de registrarse y luego votar. Este año son un poco más de 239,2 millones, casi 9 millones más que hace cuatro años.

En 2016, cuando ganó Trump, más de 137,5 millones personas votaron. Con la elección anticipada de más de 94 millones de ciudadanos este año, muchos analistas creen que la participación podría crecer hasta 150 millones, lo que superaría incluso el nivel de 2008, cuando Barack Obama arrasó en las urnas.

Pero además del dinero y la participación, este año tiene un tercer elemento electoral inédito: Trump y sus continuas advertencias sobre un posible fraude.

Al mismo tiempo que la oposición demócrata impulsaba el voto anticipado, la campaña presidencial republicana instalaba el fantasma de un fraude con los votos por correo.

Casi un 64% del voto anticipado se emitió de manera postal, lo que significa que en muchos estados será clave para el resultado final.

Pese a esto, aún hay sentencias pendientes en la Justicia federal y de varios estados sobre si parte de las flexibilizaciones para sufragar por correo son constitucionales.

Esto significa que parte de esos votos ya emitidos aún podrían ser anulados o, como advirtió la decana de los programas de Política Pública y Servicio Público de la Universidad de Hofstra de Nueva York, Meena Bose, podría generarse una crisis de poderes en los estados con cohabitación partidaria -Poder Ejecutivo de un color político y Legislativo de otro- sobre si deben ser contados.

En este último grupo hay cuatro estados con resultado abierto y que serán clave para cualquier victoria: Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Carolina del Norte.

Junto a la posibilidad de una judicialización de los resultados estatales también crece el temor de lo que pueda suceder si, como ya muchos analistas descuentan, algunos estados clave no llegaran a anunciar sus resultados en la madrugada después de las elecciones.

El ejemplo más claro es Pensilvania, un estado en el que tanto Trump como Biden dedicaron gran parte de sus últimas horas de campaña.

"Es muy probable que Trump se declare ganador cuando una gran parte de los votos presenciales que favorecen a los republicanos hayan sido contados, pero antes a que el vasto número de votos demócratas por correo sean escrutados", advirtió el fin de semana el senador y exprecandidato presidencial demócrata Bernie Sanders, sintetizando el temor que hace semanas ya no esconde ni la oposición ni la academia ni los medios.

Fuente: Télam

Julio Aro y Geoffrey Cardozo trabajaron juntos para la identificación de excombatientes argentinos muertos en la conflagración de 1982 y enterrados en el archipiélago austral.

Dos soldados, un argentino y un inglés, serán candidatos al Premio Nobel de la Paz 2021 por haber trabajado juntos para la identificación de excombatientes argentinos muertos en la conflagración de 1982 y enterrados en el archipiélago austral.

Se trata de Julio Aro y Geoffrey Cardozo, según informó el Comité Noruego del Nobel, que anualmente entrega la distinción en Oslo, capital de Noruega.

Aro y Cardozo recibieron la nominación por "impulsar el proceso de identificación de los soldados argentinos sepultados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas", indicó la agencia italiana ANSA.

Aro expresó en Mar del Plata, de donde es oriundo, que está "muy emocionado" por la nominación y destacó que "ya tenemos un premio Nobel que nos da paz: el abrazo y agradecimiento de las madres y las familias".

La Argentina tiene dos Premios Nobel de la Paz: Carlos Saavedra Lamas (1936) y Adolfo Pérez Esquivel (1980).

Saavedra Lamas -canciller y político- obtuvo el galardón por su labor fundamental en el logro de la paz entre Bolivia y Paraguay, protagonistas de la Guerra del Chaco, entre 1932 y 1935.

Por su parte, el arquitecto Pérez Esquivel -prisionero de la última dictadura militar y destacado defensor de los derechos humanos- fue premiado por sus acciones contra ese régimen de facto y la búsqueda de justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas castrenses.

Aro agregó -en declaraciones al diario marplatense La Capital- que él y Cardozo están "muy contentos. Ya hablé con Geoffrey, que también está enterado. Las mamás (de los excombatientes) también. Tengo el celular repleto de mensajes que me rompen el corazón. Me tratan como a un hijo y eso me emociona muchísimo".

El excombatiente argentino empezó a impulsar la tarea de identificación de sus camaradas muertos y enterrados en Malvinas después de visitar el cementerio de Darwin, donde vio que casi la mitad de las tumbas estaban identificadas con la leyenda "soldado argentino solo conocido por Dios".

Entonces comenzó a reunirse con veteranos de guerra británicos y conoció a Cardozo, el soldado inglés que había recogido los cadáveres de los argentinos y proporcionó información que fue central para la identificación.

A raíz de ello surgió la fundación "No me olvides", mediante la cual se desarrollaron las tareas para lograr la identidad de los caídos argentinos en las islas del sur.

Como parte de su reencuentro y de las actividades para hallar los nombres de aquellos combatientes Aro y Cardozo tuvieron numerosas reuniones que incluyeron viajes a Inglaterra y la Argentina, respectivamente.

 

Télam.

Medios locales reportaron que el tiroteo tuvo lugar en Schwedenplatz, cerca de una sinagoga.

Varias personas resultaron heridas este lunes en un tiroteo ocurrido en el centro de Viena, reportó sin más detalles la Policía, y el Ministerio del Interior de Austria dijo, sin confirmarlo, que podría tratarse de un ataque terrorista, informó la prensa local e internacional.

La Policía informó en su cuenta en Twitter que “se registraron disparos” en el centro de la capital y que “hay heridos”.

“Manténganse alejados de todos los espacios públicos o el transporte público” y “no compartan videos o fotografías”, recomendó la Policía, según la agencia de noticias Europa Press.

Un rato antes, la Policía había informado que realizaba una “gran operación” en el centro de Viena.

Medios locales reportaron que el tiroteo tuvo lugar en Schwedenplatz, cerca de una sinagoga.

El presidente de la comunidad judía en Viena, Oskar Deutsch, dijo que no podía confirmar si la sinagoga fue el objeto del ataque, pero aseguró que “llevaba cerrada varias horas” y “no hay gente dentro”, según el diario Der Standard.

En tanto, el Ministerio del Interior dijo que podría tratarse de un ataque terrorista pero no lo confirmó, según la agencia noticiosa estatal austríaca APA.