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El presidente brasileño volvió a subestimar la enfermedad este domingo. En tanto, el Congreso decretó tres días de luto en homenaje a las víctimas fatales.

Brasil se encamina a convertirse en el epicentro de la pandemia de coronavirus (COVID-19) en América Latina, con más de 10 mil víctimas fatales y 150 mil casos positivos. De hecho, en las últimas 24 horas, registraron 730 nuevos fallecidos (10.627 en total) y 10.611 contagiados (155.939).

Tras conocerse el preocupante reporte, el Congreso de Brasil decretó luto oficial por tres días en tributo a los muertos por la enfermedad de la pandemia.

A pesar de que la situación en ese país se complica día tras día, el presidente Jair Bolsonaro sigue haciendo oídos sordos a las recomendaciones de las autoridades sanitarias sobre evitar la aglomeración de la gente.

En las últimas horas, el mandatario se mostró dando un paseo en jet-ski en el lago Paranoá de Brasilia y en un video grabado por la tripulación de un barco, subestimó otra vez la enfermedad: "Es una neurosis. El 70% (de la población) contraerá el virus".

En otro sector de la capital brasileña, simpatizantes del mandatario realizaron marchas apoyándolo, donde también mostraron carteles en contra del Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).

 

 

El Reino Unido ha superado a Italia en el mayor número de muertes oficiales por el nuevo coronavirus en Europa, según mostraron las cifras publicadas, aumentando la presión sobre el primer ministro Boris Johnson sobre su respuesta a la crisis.

Las cifras semanales de la Oficina de Estadísticas Nacionales de Gran Bretaña (ONS) agregaron más de 7,000 muertes en Inglaterra y Gales en la semana al 24 de abril, elevando el total para el Reino Unido a 32,313.

Según los datos hasta ahora, solo Estados Unidos, con una población casi cinco veces mayor, ha sufrido más muertes confirmadas por el virus que Gran Bretaña.

Las cifras del martes se basan en las menciones del certificado de defunción de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, incluidos los casos sospechosos.

Si bien las diferentes formas de contar dificultan las comparaciones con otros países, la cifra confirmó que Gran Bretaña se encontraba entre los más afectados por una pandemia que ha matado a más de 250,000 en todo el mundo.

"El Reino Unido ha sido muy golpeado en esta ola de COVID-19 y cada muerte (habrá) traído tristeza a las familias", dijo el profesor James Naismith de la Universidad de Oxford, quien es director del Instituto de investigación médica Rosalind Franklin.

Los políticos de la oposición dijeron que las cifras demostraban que el gobierno era demasiado lento para proporcionar suficiente equipo de protección a los hospitales e introducir pruebas masivas.

"Me sorprendería si, cuando miramos hacia atrás, no pensamos: sí, podríamos haber hecho algo diferente allí", dijo el principal asesor científico del gobierno, Patrick Vallance, en respuesta a las preguntas de los legisladores sobre las pruebas.

Respondiendo a las cifras de la ONS, un portavoz de Downing Street señaló los recientes comentarios de Johnson de que Gran Bretaña había superado el pico de la enfermedad pero se encontraba en una "fase peligrosa".

También citó el consejo del director médico de Inglaterra, Chris Whitty: "Diferentes países están registrando cosas diferentes en relación con las muertes".

Italia y España, los próximos países europeos más afectados, tienen poblaciones más pequeñas que Gran Bretaña, lo que complica aún más las comparaciones.

"Dibujar un gráfico con los Estados Unidos en la parte superior y el Reino Unido en segundo lugar no es útil, pero una vez que comience a desglosar al observar a la población, deberíamos estar haciendo preguntas serias sobre qué es diferente", dijo Carl Heneghan, profesor de evidencia. medicina basada en la Universidad de Oxford.

"¿Por qué seis países se ven desproporcionadamente afectados?" Heneghan agregó, refiriéndose a una lista dominada por Europa.

A los ministros no les gustan las comparaciones del número total de muertes, diciendo que el exceso de mortalidad, el número de muertes por todas las causas que exceden el promedio para la época del año, es más significativo porque es internacionalmente comparable.

Reuters.

La Armada de EE.UU. ha comunicado que toda la tripulación del portaviones USS Theodore Roosevelt fue sometida a análisis médicos de covid-19 y aproximadamente el 18 % de ellos dieron positivo.

El buque permanece atracado en la base naval estadounidense de la isla de Guam, en el Pacífico, desde el pasado 27 de marzo. Las pruebas revelaron que un total de 840 tripulantes son portadores del nuevo coronavirus. De ellos, 88 se han recuperado y 4 siguen ingresados en el Hospital Naval de Guam, pero ninguno está en cuidados intensivos, dio parte este jueves la Armada.

Al mismo tiempo, los análisis de 4.098 marinos del portaviones han resultado negativos, mientras aún está pendiente por conocerse los resultados de una "pequeña cantidad" de pruebas. De momento, un tripulante ha muerto a causa de una enfermedad relacionada con el virus.

De los casi 5.000 miembros de la tripulación, 4.234 han sido trasladados a tierra, mientras que unos 700 permanecen a bordo del portaviones para mantener sus funciones vitales.

Coronavirus a bordo
El brote de la enfermedad a bordo del USS Theodore Roosevelt se desató a finales de marzo, generando controversias en las altas esferas de la Armada. El capitán del portaviones, Brett Crozier, que también acabó dando positivo, fue destituido de su cargo después de que se filtrara una carta en la que pedía a sus superiores que tomaran acciones inmediatas para ayudar a su tripulación tras registrarse varios casos de covid-19 en la nave.

A esa misiva reaccionó el secretario interino de la Armada de EE.UU., Thomas Modly, que en un discurso dirigido a la tripulación del barco llamó a Crozier "ingenuo" y "estúpido". Sin embargo, tras recibir duras críticas por parte de varios políticos, Modly se disculpó públicamente el 6 de abril, y un día después renunció a su cargo.

Fuente: RT Español

El presidente Jair Bolsonaro volvió a desafiar las medidas para frenar la propagación del coronavirus y salió nuevamente a las calles de Brasilia para acercarse a sus seguidores y apoyar las manifestaciones que se concentraron ayer en la capital política de Brasil con el objetivo de pedir una intervención militar y el cierre del Congreso.

Bolsonaro respaldó a los manifestantes que rompieron con el aislamiento y se concentraron frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia. "No queremos negociar nada", gritó el presidente subido encima de una camioneta a los protestantes que se agolparon en el lugar con pancartas llamando a la "intervención militar ya con Bolsonaro" y a defender el AI-5 (Acta Institucional número 5), que en 1968 cerró el Congreso y suprimió numerosas garantías constitucionales.

"Estoy aquí porque creo en ustedes y ustedes están aquí porque creen en Brasil", exclamó Bolsonaro frente a la aglomeración. La protesta, que reunió a unas 600 personas, juntó a niños y ancianos, algunos de los cuales llevaban máscaras.

Bolsonaro desplegó así una nueva manifestación contra los líderes del Congreso, los gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena y el distanciamiento social para contener la propagación del coronavirus, que en Brasil ya se cobró 2462 muertes y 38.654 casos.

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En el breve discurso, el presidente respaldó el pedido de intervención militar y las consignas a favor del cierre del Congreso. "Todos en Brasil tienen que entender que están sometidos a la voluntad del pueblo brasileño" , expresó Bolsonaro. Y agregó: "Juramos un día dar la vida por la patria y vamos a hacer lo que sea posible para mudar el destino de Brasil".

"Ustedes tienen la obligación de luchar por su país. Cuenten con su presidente para hacer todo lo que sea necesario para que podamos mantener la democracia y garantizar aquello que es más sagrado para nosotros que es nuestra libertad", clamó Bolsonaro.

Pero las protestas no solo se llevaron adelante en Brasilia. En Sao Paulo, donde comenzaron a utilizarse excavadoras para abrir fosas en el mayor cementerio del estado, también hubo huelgas contra la cuarentena . Dos caravanas movilizaron desde el Parque de Ibirapuera y algunos barrios de clase alta hasta la céntrica Avenida Paulista, donde cientos de manifestantes protestaron contra el gobernador, Joao Doria, un antiguo aliado del mandatario, que ahora se mostró en favor de la cuarentena. El estado, con 1015 muertos y 14.267 casos, es el epicentro de la enfermedad en Brasil.

El mandatario brasileño minimizó la letalidad del coronavirus desde que se desató el brote, al que califica como una "gripecita", e insistió en que las restricciones de circulación y de actividad comercial instrumentadas por la pandemia del Covid-19 dañan la economía y que "en definitiva causará más muertes" porque las personas "se morirán de hambre". Esa consideración del virus le provocó a Bolsonaro un duro enfrentamiento con los gobiernos estaduales y municipales, que ante la inacción que percibieron de Brasilia y frente al aumento de los casos, instauraron sus propias cuarentenas y restricciones de actividades.

La postura de Bolsonaro fue condenada por distintos actores de la política brasileña. "Asusta ver manifestaciones por el regreso del régimen militar, después de 30 años de democracia", dijo Luís Roberto Barrozo, juez del Supremo Tribunal Federal. En coincidencia, el expresidente, Fernando Henrique Cardoso, indicó en su cuenta de Twitter: "Es lamentable que el presidente adhiera a manifestaciones antidemocráticas. Es hora de la unión alrededor de la Constitución contra toda amenaza a la democracia".

Los ataques de Bolsonaro a las medidas de aislamiento también le generaron un fuerte conflicto con su anterior ministro de Salud, el pediatra Luiz Henrique Mandetta, de gran aceptación por la mayoría de personas según las encuestas y que gozaba del apoyo de algunos sectores de la oposición. Sin embargo, a raíz de las diferencias sobre cómo tratar la enfermedad, el presidente lo despidió y lo reemplazó por el oncólogo Nelson Teich.

Agencia AFP y ANSA