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La ciudad, que esta mañana declaró el “estado de emergencia”, es uno de los principales focos de contagio del país.

Brasil registró este martes la primera muerte de un paciente con coronavirus en su territorio, registrada en San Pablo, uno de los principales focos de la enfermedad en el país.

La víctima fue un hombre de 62 años, según informó Folha, que agregó que los detalles serán informados por el gobierno local en una conferencia de prensa.

El deceso se produjo el lunes, precisó el alcalde de la ciudad, Bruno Covas, a la radio CBN. “Desde ayer teníamos la información, pero no estaba confirmada. Desgraciadamente fue confirmada esta mañana”, declaró.

Por el momento, se desconoce si el contagio ocurrió en el extranjero o si se trata de una transmisión doméstica. El paciente sufría de diabetes e hipertensión.

El estado de Rio de Janeiro y la ciudad de San Pablo, declararon esta mañana declararon esta mañana el “estado de emergencia”, imponiendo restricciones al funcionamiento de restaurantes y de los transportes públicos.

Brasil ha registrado hasta el momento 234 casos confirmados de Covid-19, según el reporte del lunes, pero la prensa local informa que los contagios ya superaron los 300.

Entre las medidas anunciadas el martes, figura el cierre durante 15 días de lugares turísticos emblemáticos como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor del Corcovado, en Rio de Janeiro.

El lunes, al menos 1.350 presos se fugaron de tres cárceles del estado de San Pablo, el más poblado del país, después de una serie de motines motivados por las restricciones de visitas y salidas temporales por el combate al coronavirus, informaron las autoridades.

Por su parte, el presidente Jair Bolsonaro enfrenta fuertes críticas por su manejo de la crisis y su decisión de participar en actos públicos, pese a que ha estado en contacto con varias personas que luego fueron diagnosticados con la enfermedad. “Si el pueblo va a la puerta del Palacio (presidencial) yo tengo que estar junto al pueblo, tengo que demostrar que estoy con ellos”, argumentó.

El gobernante aseguró que Brasil está “preparado” para la amenaza que representa el COVID-19. Aún así, reconoció que “habrá dificultades” y adelantó que el Gobierno ya ha alertado a las Fuerzas Armadas frente a la posible necesidad de tener que instalar “hospitales militares de campaña” en varias regiones del país.