El candidato de derecha obtuvo el 56% de los votos y triunfó en casi todo el país. Su campaña se basó en las denuncias contra la corrupción petista y la inseguridad.
Jair Bolsonaro será el próximo presidente de Brasil, a partir del 1° de enero de 2019. El candidato de derecha, que triunfó en casi todo el país, obtuvo el 56% de los votos contra el 44% de Fernando Haddad. Su campaña se basó en las denuncias contra la corrupción petista y la inseguridad. "Vamos juntos a cambiar el destino de Brasil", aseguró tras confirmarse su victoria en el balotaje.
"Sabíamos para dónde estábamos yendo, ahora sabemos para dónde queremos ir, mi querido pueblo brasileño, muchas gracias por la confianza", remarcó en sus primeras declaraciones como mandatario electo.
Bolsonaro reemplazará al actual presidente Michel Temer, quien deja el gobierno con un bajísimo nivel de aceptación.
El presidente electo sostuvo que su país no podía "seguir flirteando con el comunismo, socialismo, populismo y con el extremismo de la izquierda", y que hará un Gobierno para colocar a la mayor economía de Sudamérica "en un lugar destacado".
También se comprometió "a seguir la Constitución brasileña, la democracia y la libertad"; citó a la Biblia y remarcó que hará reformas para transformar su país en una nación "grande, libre y próspera". También señaló que "todos los compromisos asumidos serán cumplidos".
"Estoy muy feliz (...) La misión no se escoge, ni se discute, juntos asumimos la misión de rescatar a Brasil", completó.
Bolsonaro es el 16° militar que tendrá Brasil como presidente y el tercero en llegar a ese cargo por el voto popular.
En la primera vuelta, realizada el 7 de octubre, había obtenido el 46% de los votos y Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), el 29%. El tercero fue el centroizquierdista Ciro Gomes, que consiguió el 12,5% de los sufragios.
Y aunque en los últimos días el candidato del PT había logrado reducir la distancia, no logró el apoyo necesario para revertir la derrota.
Haddad entró en campaña recién el 11 de septiembre, cuando fue anunciado como sustituto de Luiz Inácio Lula da Silva, hasta ese momento candidato del PT pero vetado por la justicia electoral por su condición de presidiario, condenado en segunda instancia a 12 años por corrupción.
El pasado 6 de septiembre, en medio de la campaña para la primera vuelta, Bolsonaro fue apuñalado en medio de un acto de campaña y permaneció hospitalizado durante 23 días.
Las heridas obligaron a los médicos a someterle a dos operaciones y lo mantuvieron hospitalizado durante 23 días, lo que interrumpió su campaña en las calles, que desde entonces se limitó a las redes sociales.
También debido a su situación de salud, desistió de participar en los cuatro debates que lo habrían enfrentado a Haddad en televisión durante la campaña para la segunda vuelta.
Bolsonaro, de 63 años, es diputado desde hace casi tres décadas y ha sido elegido presidente en representación del Partido Social Liberal (PSL), una formación minúscula hasta ahora, pero que en las legislativas del pasado 7 de octubre consiguió 52 de los 513 escaños en la Cámara de Diputados.
El grupo del PSL sólo será superado en la próxima legislatura por el del PT, que tendrá 56 diputados en una cámara totalmente fragmentada y en la que estarán representados 30 partidos, que en su mayoría se han manifestado favorables a Bolsonaro.
El capitán se ha presentado a las elecciones con una fórmula totalmente militar, completada por el general de la reserva Hamilton Mourao, ahora vicepresidente electo y que, como Bolsonaro, enaltece en sus discursos a la última dictadura.
El presidente electo de Brasil ha prometido mano dura contra la delincuencia y permitir la venta de armas para civiles, así como ha anunciado una línea neoliberal en la economía, con privatizaciones y una fuerte disminución del tamaño del Estado.