Carrera contrarreloj en Indonesia para encontrar supervivientes. Mientras, la cifra de fallecidos no para de crecer. Son ya más de 1.400 las personas muertas en el terremoto de 7,5 grados y el tsunami que provocó en la isla de Célebes. Hay, también, más de 2.500 heridos graves y 113 desaparecidos.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, cree que la cifra de víctimas mortales "seguirá aumentando".
Algunos, sin embargo, intentan mantener el optimismo.
"Seguimos siendo optimistas. Creemos que están vivos, pese a que pasado este tiempo tras una tragedia así la capacidad del cuerpo para resistir es mínima", señalaba Assegaf Umar, socorrista.
Cada vez que los socorristas rescatan a alguien con vida es un rayo de esperanza.
Montañas de escombros
Han pasado ya cinco días, desde el viernes, y con el calor y las lluvias las autoridades redoblan esfuerzos para limpiar las montañas de escombros que lo invaden todo, ante el temor a que se produzca un brote de alguna enfermedad.
"Somos conscientes de los riesgos a los que se enfrentan quienes han sobrevivido, por lo que no podenos retrasarnos en limpiar los escombros allí donde podamos", aseguraba el comandante Rudys, de la oficina de Policía de Yakarta.
Palu, la más castigada
A vista de pájaro, se puede ver la magnitud de la catástrofe. La peor parte se la llevó Palu, la capital de la provincia de Célebes Central, con 350.000 habitantes. De allí son la mayoría de las víctimas. Cerca de 66.000 casas quedaron destruidas o dañadas.
Críticas al Gobierno
Los afectados acusan al Gobierno indonesio de haberles fallado. El 66% no escucharon las sirenas de alerta de olas gigantes. Además, se quejan de la lentitud y la desorganización en el reparto de ayuda.
Escasez de suministros
En estos momentos, más de 70.000 personas están siendo atendidas en centros de evacuados. El agua potable y los alimentos son escasos y todo el mundo debe luchar por su supervivencia, incluso los más pequeños.
Fuente: EuroNews