El exmandatario analiza los pasos a seguir junto al exalcalde de San Pablo luego del revés del Tribunal Electoral. El Partido de los Trabajadores anunció que seguirá manteniéndolo como candidato presidencial.
El exmandatario Luiz Inacio da Silva recibirá este lunes en la cárcel a Fernando Haddad, su candidato a vice, para evaluar los pasos a seguir luego de que el Tribunal Electoral rechazara su candidatura a presidente.
La intención del Partido de los Trabajadores es continuar con el líder petista al frente de la campaña de cara a las presidenciales del 7 de octubre, con el fin de sostener a los indecisos y atraer a una mayor cantidad de votantes para luego traspasarlos a la figura de Haddad, exalcalde de San Pablo.
Asimismo, Haddad dijo a la prensa que el partido seguirá presionando a fin de lograr que el expresidente de 72 años, que encabeza ampliamente las encuestas, regrese a las boletas.
"La gente es soberana respecto al candidato del partido. Y ese candidato es Lula", enfatizó Haddad.
Esta estrategia mantendría a Lula bajo los reflectores hasta el último minuto, quizá ganando un apoyo de sus partidarios que podría luego ser transferido probablemente a Haddad, que es mucho menos popular o carismático.
En una sesión que se extendió hasta la madrugada del sábado, los jueces sufragaron 6-1 en contra del alguna vez enormemente popular presidente, que está encarcelado por una condena de corrupción que considera una farsa.
El Partido de los Trabajadores emitió un comunicado en el que afirma que apelará, pero parece haber pocas probabilidades de que tenga éxito.
Los brasileños mostraron opiniones encontradas el sábado sobre la decisión del tribunal, que agrega incertidumbre a una contienda en la que ya no hay un claro favorito.
"Tenemos otra razón para festejar", dijo Virginia Toledo, ama de casa de 37 años. "Primero porque fue encarcelado y ahora tiene eliminadas las posibilidades de regresar al poder".
El juez Luis Roberto Barroso del Supremo Tribunal Federal emitió el primer voto contra Lula, diciendo que el fallo fue "muy simple" porque la ley prohíbe la participación de candidatos cuya declaración de culpabilidad ha sido refrendada por una corte de apelaciones.
"Aquí no hay margen para que el tribunal electoral haga ninguna otra evaluación salvo la que muestra que hay una declaración de culpabilidad, y esa condena afecta los requisitos del candidato para poder participar", señaló Barroso.
El juez Edson Fachin no estuvo de acuerdo, y mencionó una exhortación reciente de una comisión de derechos humanos de Naciones Unidas para que se permitiera que Lula se postulara mientras sigue apelando su declaración de culpabilidad.
Incluso mientras los jueces debatían, el Partido de los Trabajadores difundió anuncios en las redes sociales protagonizados por Lula, apegándose a una estrategia de mantener al exmandatario brasileño a la vista del público lo más posible.
Desde Buenos Aires, a expresidenta Cristina Fernández envió un tuit apoyando a Lula.
"Ahora le impiden a @LulaOficial ser candidato presidencial porque saben que ganaría ampliamente las elecciones de octubre. En Brasil los medios de comunicación, en coordinación con el Poder Judicial, también han arrasado con el Estado de Derecho", escribió la ex mandataria.
Lula, exlíder sindical, fue el mandatario de Brasil durante un período de auge de 2003 a 2010, promoviendo políticas sociales que sacaron a millones de personas de la pobreza. El expresidente estadounidense Barack Obama lo llamó alguna vez "el político más popular de la Tierra".
Pero Lula y su partido han perdido mucho de ese atractivo en los últimos años debido a un desplome económico durante el gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora que él eligió, y una amplia pesquisa anticorrupción en la que se han visto involucrados muchos altos empresarios y políticos, incluido el mismo Lula.
El expresidente cumple una sentencia de 12 años por corrupción y lavado de dinero tras ser declarado culpable de favorecer a la compañía constructora Grupo OAS a cambio de que le prometiera darle un apartamento en la playa.
Barroso dijo que el Partido de los Trabajadores debería reemplazar a Lula en un plazo de 10 días, y que él no debería aparecer como candidato presidencial en el tiempo gratuito que se les concede a los partidos políticos en la televisión y radiodifusoras nacionales a partir del sábado.
Con Lula fuera de la contienda, se espera que Haddad ocupe su lugar en la postulación del Partido de los Trabajadores. Las encuestas muestran un apoyo tibio a la postulación de Haddad, pero el partido espera que la popularidad de Lula pueda impulsar las aspiraciones del exalcalde.