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El féretro llegó pasadas las 19 al Cementerio Jardín de Bella Vista, a 40 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Familiares, amigos y seres cercanos lo despidieron en una ceremonia íntima.

Diego Armando Maradona fue sepultado en el atardecer de este 26 de noviembre en el cementerio privado Jardín Bella Vista, el último acto que lo tuvo como protagonista sobre la tierra, pero esa leyenda que fue su vida seguirá eternamente, y todos los argentinos que lo despidieron así lo hicieron saber.

Sus hermanos Ana, Rita, Elsa y Raúl, sus hijas Dalma, Giannina, Jana y Diego Fernando, su exesposa Claudia Villafañe, su expareja Verónica Ojeda, su sobrino Daniel Líopez Maradona, su exrepresentante Guillermo Cóppola, el embajador de Italia en la Argentina, Giuseppe Manzo, y supervisando el acto de sepultura el ministro de Seguridad, Sergio Berni, fueron los más conocidos concurrentes a ese momento final.

Alrededor de 40 personas asistieron a esa ceremonia privada en la que tras el arribo del cortejo fúnebre al cementerio de Bella Vista exactamente a las 19, luedo de poco más de una hora de viaje desde la Casa Rosada, el féretro con los restos de Diego fueron llevados a mano a través del parque hasta su morada final, situada a la vera de la tumba de su madre, Dalma Franco, "Doña Tota", y muy cerca de la de su padre, Don Diego Maradona.

Por delante de todos, en el lado izquierdo del féretro, llevaba la empuñadora Cóppola, mientras que del otro lado se ubicó Raúl "Lalo" Maradona.

El recorrido de unos 50 metros hasta el gazebo blanco instalado sobre la tumba reunió a los asistentes en un responso ofrecido por un sacerdote que fue el primero en llegar al Jardín Bella Vista a primera hora de la tarde, inclusive mucho antes que la familia de Maradona.

Luego de unos 20 minutos, se dispuso el entierro, que al momento de culminar encendió un cerrado aplauso de todos los concurrente a modo de último adiós. Un aplauso como los tantos que supo cosechar a lo largo de su vida futbolística, pero que seguramente no será el último, porque su recuerdo siempre motivará un aplauso para Diego.

Y como la noche siempre le gana al día, el crepúsculo le fue poniendo marco al final del sepelio de Maradona, un acto que concluyó bajo las luces del lugar, que iluminaban el césped tan verde como el que supo pisar camino a la gloria, siempre con una pelota al pie.

Mientras tanto, desde afuera llegaba el cántico de medio millar de "hinchas de Diego" que entonaba algunas estrofas del tema "La Mano de Dios", del fallecido cantante de cuarteto cordobés, Rodrigo Bueno, rodeado de varios cordones policiales.

Eran las 20 en Argentina, y mientras Maradona descendía a su sepultura, en todo su país, y en el resto del mundo, los homenajes se sucedían simultáneamente, desde una Nápoles que lo ama hasta una Alemania que lo respetó y lo evocó en el partido que jugó Bayer Leverkusen por Europa League, donde su compatriota Lucas Alario lució el número 10 en la espalda en homenaje a la figura más representativa de la historia de la selección.

Sus compañeros lo imitaron antes de iniciar el juego y luego el ex River se puso la 13 y marcó un gol que, por supuesto, se lo dedicó a quien mejor vistió los colores celeste y blanco, los mismos que él ahora también defiende.

Maradona achicó todas esas distancias, y seguramente nadie imaginó que alguna vez lo sepultaran, porque Diego era inmortal para el inconsciente colectivo, y hoy seguramente dio el salto definitivo a esa inmortalidad, porque solamente se muere cuando se olvida, entonces el "Diez" no morirá jamás.

Los niños y jóvenes que nunca lo vieron jugar también lloraron con su muerte, porque lo idolatraban por simbiosis generacional, ya que Maradona se hizo prócer con una pelota de fútbol, a la misma altura que otros lo hicieron a lo largo de la historia del país.

El mismo día que Diego falleció, un 25 de noviembre de hace 15 años atrás, también murió el futbolista George Best, el "Maradona británico", que vivió y quiso jugar como él, casi como una paradoja de la relación que tuvo el astro argentino con el Reino Unido, desde la "Mano de Dios" hasta el inconmensurable "gol a los ingleses" del Mundial de México 86. Pero ellos también supieron homenajearlo en su último día.

Se fue Maradona. Fue sepultado muy cerquita de sus padres, en un cementerio de Bella Vista, para que no esté solo allí. Pero Diego nunca estará solo en realidad, porque la leyenda continúa.

El "Millonario" igualó 1 a 1 ante el conjunto brasileño, en la ida por los octavos de final del torneo continental de fútbol. Abrió la cuenta Guilherme Bissoli, en el local, y Paulo Díaz, a los 90´, marcó el tanto para los de Núñez.

River Plate dominó el juego en Brasil y sobre el final consiguió un empate 1 a 1 ante Athletico Paranaense, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Bissoli (12m. ST) adelantó a Paranaense e igualó el chileno Paulo Díaz (45m. ST). El partido se jugó en el estadio Arena da Baixada de la ciudad de Curitiba y fue arbitrado por el colombiano Andrés Rojas, quien expulsó en el local a Reinaldo (20m. ST) por doble amonestación.

Paranaense tuvo seis bajas para este compromisos, los arqueros Santos y Jandrei, los laterales Abner y Zé Ivaldo, el volante Alvarado y el enganche Nikao, todos afectados de coronavirus.

River presionó y tuvo posesión de la pelota desde el inicio, con juego asociado hasta tres cuartos de cancha, pero le faltó precisión a la hora de definir ante un rival que esperó y buscó el contragolpe. No obstante la primera situación clara de riesgo fue para Paranaense, tras una pase de Renato Kayzer y el posterior remate elevado de Richard desde el punto del penal.

Al promediar la etapa Cittadini cayó ensangrentado y perdió un diente tras un choque casual con Santiago Sosa.

El equipo de Marcelo Gallardo respondió con un pase en profundidad del colombiano Rafael Borré para para Matías Suárez, quien se demoró en la definición. En la siguiente probó Ignacio Fernández pero su envío fue rechazado por Thiago Heleno y de inmediato Gonzalo Montiel habilitó a Suárez y su disparo débil fue controlado sin problemas por Bento. Y luego lo tuvo Paulo Díaz con un cabezazo que sacó el arquero sobre el travesaño.

En la segunda mitad insistió River, que llegó con un remate desviado de "Nacho" Fernández y otro cruzado desde la derecha de Borré que sacó Bento. Pero en la segunda aproximación clara del local, se puso en ventaja con un buen remate desde la "media luna" del área del ingresado Bissoli que se metió abajo, junto al palo derecho de Franco Armani.

El desarrollo siguió siendo el mismo, ante un Paranaense quedó con 10 jugadores por la expulsión de Reinaldo y desde entonces puso una línea de cinco defensores para defender bien atrás el resultado.

Otra vez cabeceó Díaz, desviado, y un remate de Montiel con destino de gol fue rechazado por Thiago Heleno. Sobre el final River acarició el empate, pero el cabezazo de Jorge Carrascal se estrelló contra el travesaño.

Pero la insistencia tuvo su premio: con el tiempo cumplido esta vez sí Díaz pudo cabecear al gol y empatar el partido.

El desquite será el próximo martes, a las 19.15, en el estadio Libertadores de América, de Independiente, donde el "Millonario" hace de local por las obras en el Monumental de Núñez.

El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, despidió este miércoles a Maradona, recordando su paso como director técnico por Mandiyú de Corrientes. Lo hizo a través de una sentida anécdota publicada en su cuenta oficial de Twitter.

Herrera Ahuad utilizó las redes para expresar su despedida al ex capitán de la Selección Argentina de Fútbol, Diego Armando Maradona, quien falleció en horas del mediodía de este miércoles en el barrio privado San Andrés, en el municipio bonaerense de Pilar. Lo hizo compartiendo una anécdota cuando como de periodista en diferentes medios de Corrientes y el Diez hacía sus primeras armas como técnico de Mandiyú de Corrientes.

"Así te recuerdo…. Campo de entrenamientos de Mandiyu sobre la ruta 12, me acerque con miedo, te dije… trabajo haciendo notas para varios medios, con eso me banco mis estudios. Quiero ser médico. Me pusiste la mano al hombro y me preguntaste “que necesitas”, comenzó Herrera Ahuad su recuerdo.

"Sólo atiné a decirte si podías darme la formación para el domingo… me dijiste… “es mi primera práctica”. Pero Carlos (Fren) te la da, pone que te la dije yo. Y cuando vengas a los entrenamientos pregúntame lo que quieras saber”, continuó.

"Fueron 2 meses intensos, el viejo hostal del pinar donde te hacía la guardia, Cancha de Huracán, Tipoiti, Mandiyú. Nunca más nos vimos para contarte que me recibí de Médico. Que brilles siempre 10", concluyó el Gobernador.

River visita este martes a Athletico Paranaense, en Brasil, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de Fútbol. El partido se juega en el estadio Arena da Baixada de la ciudad de Curitiba y comenzará a las 19.15 con el arbitraje del colombiano Andrés Rojas y transmisión del canal ESPN 2.

La revancha será, a la misma hora, el próximo martes 1° de diciembre en el estadio Libertadores de América, de Independiente, donde el "Millonario" hace de local por las obras en el Monumental de Núñez. El ganador de la llave se cruzará en cuartos de final contra Nacional, de Uruguay, o Independiente del Valle, de Ecuador, que abrirán su serie el miércoles en Quito.

El crudo análisis de Marcelo Gallardo sobre el fútbol argentino: "Se está viendo que va hacia la decadencia total"
En esta instancia, el equipo arbitral tendrá a disposición el sistema VAR que en este partido estará a cargo de los también colombianos Nicolás Gallo (VAR) y Carlos Herrera (AVAR).

A un año de la dolorosa final perdida en Lima contra Flamengo, de Brasil, el equipo de Marcelo Gallardo iniciará un nuevo camino en la fase eliminatoria que tendrá como destino la final que se disputará en enero del año que viene en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

Lucho González. El argentino es uno de los símbolos del equipo brasileñoLucho González. El argentino es uno de los símbolos del equipo brasileño Crédito: @AthleticoPR
River, campeón de la edición 2018, se metió en los octavos de final tras terminar como líder del grupo D que compartió con Liga de Quito, Binacional, de Perú, y San Pablo, de Brasil, con 13 puntos producto de cuatro triunfos y un empate, 21 goles a favor (ningún equipo hizo más) y 6 en contra. Athletico Paranaense, por su lado, fue el segundo del grupo C con 10 unidades por debajo de Jorge Wilstermann, de Bolivia, que finalizó con mejor diferencia de gol (+3 contra +2).

River y Athletico Paranaense vuelven a cruzarse un año y medio después de la definición de la Recopa Sudamericana que obtuvo el equipo del "Muñeco". Los brasileños -ganadores de la Copa Sudamericana 2018, ganaron la ida en el césped artificial de Curitiba por 1-0 pero River dio vuelta la serie con un triunfo por 3-0 con dos goles agónicos en tiempo de descuento, cuando parecía que el título se definía por penales.

De los que jugaron esa noche en la que River alzó su duodécimo título internacional ya no están Lucas Martínez Quarta, Exequiel Palacios y el uruguayo Camilo Mayada. Paranaense, en cambio, tuvo muchos cambios, se fueron más de quince jugadores y pasaron dos entrenadores luego de la salida de Tiago Nunes.

Hace un mes en reemplazo de Eduardo Barros asumió el experimentado Paulo Autuori, campeón de América con Cruzeiro y San Pablo, en 1996 y 2005, respectivamente, y el equipo enderezó su andar en el campeonato brasileño ya que logró salir de la zona de descenso y se metió entre los diez mejores.

Luego de tener varios lesionados y contagiados en el inicio de la temporada, Gallardo ahora tiene a todo el plantel a disposición para la serie que definirá la suerte del equipo en el año de la pandemia.

El cuerpo técnico también sumó como variantes a jugadores que hace un tiempo no eran considerados titulares como los defensores Robert Rojas y Fabrizio Angileri, el mediocampista Santiago Sosa y el delantero Lucas Pratto, de buen rendimiento en la victoria del viernes ante Banfield (2-0) por la Copa de la Liga Profesional.

Además, Gallardo pudo darle descanso a los jugadores que habían tenido participación en las Eliminatorias Sudamericanas como Franco Armani, Gonzalo Montiel, el chileno Paulo Díaz y el uruguayo Nicolás De La Cruz, quien finalmente pudo saltear el brote de contagios que se produjeron en su seleccionado.

El "Muñeco" tiene la chance de realizar varios cambios de nombres y de sistema tal como ya hizo frente a Banfield por la Copa Liga Profesional cuando volvió a jugar con un sistema táctico de tres defensores, cinco volantes y doble punta.

Las dudas, en principio, serían Rojas o Paulo Díaz y Angileri o Casco en defensa, Álvarez o Sosa en el mediocampo y en ofensiva Pratto o Borré, quien recién jugó 25 minutos luego de perderse dos semanas de entrenamiento por su reciente positivo de Covid-19.

A propósito del coronavirus, Athletico Paranaense anunció que sufrió varias bajas de última hora por la pandemia, con varios casos de Covid-19, en una lista que incluye a sus dos arqueros principales, Santos y Jandrei, al defensor Zé Ivaldo, el lateral izquierdo Abner, el volante Alvarado y el media-punta Nikao. Estos seis jugadores se suman a una nómina que ya integraban Fernando Canesin y Geuvanio, diagnosticados y aislados desde la semana pasada.

De este modo, el entrenador Paulo Autuori deberá recibir a River en el Arena da Baixada, en Curitiba, con el tercer arquero Bento. El juvenil João Victor es una opción para el carril izquierdo de la defensa, mientras que Carlos Eduardo y Fabinho asoman como los posibles reemplazantes de Nikao, en cuanto a los cambios principales en la formación brasileña.

Autuori ya venía con problemas para conformar el equipo ante River, porque el mediocampista Christian sufrió un traumatismo que lo obligó a salir en el primer tiempo del partido del sábado pasado ante Santos. Por lesiones ya estaban al margen el lateral derecho Jonathan, el segundo lateral izquierdo Marcio Azevedo, el delantero Vitinho y el argentino Luis 'Lucho' González.

Probables formaciones

Athletico Paranaense: Bento; Erick, Pedro Henrique, Thiago Heleno y João Victor; Richard (Wellington), Ravanelli (Khellven) y Leo Cittadini; Carlos Eduardo (Fabinho), Reinaldo y Kayzer. DT: Paulo Autuori.

River: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Robert Rojas o Paulo Díaz, Javier Pinola y Fabricio Angileri o Milton Casco; Julián Álvarez o Santiago Sosa, Enzo Pérez, Ignacio Fernández y Nicolás De la Cruz; Matías Suárez y Rafael Borré o Lucas Pratto. DT: Marcelo Gallardo.

Árbitro: Andrés Rojas (Colombia).

Estadio: Arena da Baixada (Curitiba)

Hora: 19.15.

TV: ESPN 2.

Sufrió un paro cardiorrespiratorio en la casa de Tigre en la que se había instalado tras su operación en la cabeza.

Y un día ocurrió. Un día lo inevitable sucedió. Es un cachetazo emocional y nacional. Un golpe que retumba en todas las latitudes. Un impacto mundial. Una noticia que marca una bisagra en la historia. La sentencia que varias veces se escribió pero había sido gambeteada por el destino ahora es parte de la triste realidad: murió Diego Armando Maradona.

El campeón del mundo con la Selección Argentina​ se descompensó en la mañana de este miércoles en la casa del barrio San Andrés, en el partido bonaerense de Tigre, donde vivía desde hacía algunos días luego de haber sido operado de la cabeza. El 30 de octubre había cumplido 60 años.

Villa Fiorito fue el punto de partida. Y desde allí, desde ese rincón postergado de la zona sur del Conurbano bonaerense se explican muchos de los condimentos que tuvo el combo con el que convivió Maradona. Una vida televisada desde aquel primer mensaje a cámara en un potrero en el que un nene decía soñar con jugar en la Selección. Un salto al vacío sin paracaídas. Una montaña rusa constante con subidas empinadas y caídas abruptas.

Nadie le dio a Diego las reglas del juego. Nadie le dio a su entorno (un concepto tan naturalizado como abstracto y cambiante a la lo largo de su vida) el manual de instrucciones. Nadie tuvo el joystick para poder manejar los destinos de un hombre que con los mismos pies que pisaba el barro alcanzó a tocar el cielo.

Quizá su mayor coherencia haya sido la de ser auténtico en sus contradicciones. La de no dejar de ser Maradona ni cuando ni siquiera él podía aguantarse. La de abrir su vida de par en par y en esa caja de sorpresas ir desnudando gran parte de la idiosincrasia argentina. Maradona es los dos espejos: aquel en el que resulta placentero mirarnos y el otro, el que nos avergüenza.

A diferencia del común de los mortales, Diego nunca pudo ocultar ninguno de los espejos.

Es el Cebollita que solo tenía un pantalón de corderoy y es el hombre de las camisas brillantes y la colección de relojes lujosos. Es el que le hace cuatro goles a un arquero que intenta desafiarlo y al mismo tiempo el entrenador que intenta chicanear a los alemanes y termina humillado. Es el que se va bañado de gloria del estadio Azteca y el que sale de la mano de una enfermera en Estados Unidos. Es el que arenga, el que agita, el que levanta, el que motiva. El que tomaba un avión desde cualquier punto del mundo para venir a jugar con la camiseta de la Selección. El del mechón rubio y el que estaciona el camión Scania en un country. Es el gordo que pasa el tiempo jugando al golf en Cuba y el flaco de La Noche del Diez. El que vuelve de la muerte en Punta del Este. Es el novio de Claudia y es también el hombre acusado de violencia de género. Es el adicto en constante lucha. El que canta un tango y baila cumbia. El que se planta ante la FIFA o le dice al Papa que venda el oro del Vaticano. El que fue reconociendo hijos como quien trata de emparchar agujeros de su vida. Un icono del neoliberalismo noventoso y el que se subió a un tren para ponerse cara a cara contra Bush y ser bandera del progresismo latinoamericano. Es cada tatuaje que tiene en su piel, el Che, Dalma, Gianinna, Fidel, Benja… Es el hombre que abraza a la Copa del Mundo, el que putea cuando los italianos insultan nuestro himno y el que le saca una sonrisa a los héroes de Malvinas con un partido digno de una ficción, una pieza de literatura, una obra de arte.

Porque si hubiera que elegir un solo partido sería ese. Porque no existió ni existirá un tramo de la vida más maradoneano que esos cuatro minutos que transcurrieron entre los dos goles que hizo el 22 de junio de 1986 contra los ingleses. El mejor resumen de su vida, de su estilo, de lo que fue capaz de crear. Pintó su obra cumbre en el mejor marco posible. Le dijo al mundo quién es Diego Armando Maradona. El tramposo y el mágico, el que es capaz de engañar a todos y sacar una mano pícara y el que enseguida se supera con la partitura de todos los tiempos.

Barrilete cósmico. Y la pelota no se mancha. Y las piernas cortadas. Y que la sigan chupando. Y la tortuga que se escapa. Y el jarrón en el departamento de Caballito, el rifle de aire comprimido contra la prensa, la Ferrari negra que descartó porque no tenía estéreo, la mafia napolitana y toda una ciudad que elige vivir en pausa, rendida a su Dios. Es el de las canciones, el de los documentales a carne viva y las biografías siempre desactualizadas. El que levanta el teléfono y llama cuando menos lo esperás y más lo necesitás. El que jugó partidos a beneficio sin que nadie se enterara. El que pasa del amor al odio con Cyterszpiler, con Coppola o con Morla. El que siempre vuelve a sus orígenes y le presta más atención a los que menos tienen.

Es el abuelo baboso y el papá inabordable.

Es antes que todo y por sobre todas las cosas el hijo de Doña Tota y de Don Diego.

Y Maradona es en presente pese a que de los que mueren haya que escribir en pasado. Es el que en Dubai se codeaba con jeques y contratos millonarios y el que en Culiacán y con 40 grados a la sombra pedía un guiso a domicilio. El que internaron en un neuropsiquiátrico. El que pudo dejar la cocaína. El que hizo jueguitos en Harvard. Es el que como entrenador de Gimnasia vivió un postergado homenaje del fútbol argentino. Aquel que había dirigido a Racing y a Mandiyú no era este último Diego de las rodillas chuecas, las palabras estiradas y las emociones brotando sin filtro.

Es también Maradona el hombre que se fue apagando. Se resquebrajó su cuerpo y empezó a sacar a la luz tantos años de castigo físico, de desbordes, de excesos, de patadas, de infiltraciones, de viajes, de adicciones, de subibajas con su peso, de andar por los extremos sin red de contención.

Y el alma se fue apagando al compás del cuerpo. En el último tiempo ya no quería ser Maradona y ya no podía ser un hombre normal. Ya nada lo motivaba. Ya no servía el paliativo de los antidepresivos ni las pastillas para dormir. Y la combinación con alcohol aceleraba la cinta. Cada vez menos cosas encendían su motor: ni el dinero, ni la fama, ni el trabajo, ni los amigos, ni la familia, ni las mujeres, ni el fútbol. Perdió su propio joystick. Y perdió el juego.

Lo llora Fiorito, escenografía inicial de esta historia de película y pieza fundacional para comprender al personaje. Lo lloran los Cebollitas donde se animó a soñar en grande. Lo llora Argentinos Juniors donde no solo es nombre del estadio sino el mejor ejemplar de un molde que genera orgullo. Lo llora Boca y toda la pasión que unió a un vínculo que fue mutando pero conservó el amor genuino. Lo llora Nápoles, su altar maravilloso en el que con una pelota cambió la vida de una ciudad para siempre. Lo lloran también Sevilla, Barcelona y Newell’s, que infla el pecho por haberlo cobijado.

Y lo llora la Selección porque nadie defendió los colores celeste y blanco como él. En definitiva, lo llora el país entero y el mundo.

Entre tantas cosas que hizo en su vida, Maradona hizo una particularmente exótica: se entrevistó a sí mismo. El Diego de saco le preguntó al de remera de qué se arrepentía. “De no haber disfrutado del crecimiento de las nenas, de haber faltado a fiestas de las nenas… Me arrepiento de haber hecho sufrir a mi vieja, mi viejo, mis hermanos, a los que me quieren. No haber podido dar el 100 por ciento en el fútbol porque yo con la cocaína daba ventajas. Yo no saqué ventaja, yo di ventaja”, se contestó en una sesión de terapia con 40 puntos de rating.

En ese mismo montaje realizado en 2005 en su programa “La noche del Diez”, el Diego de traje le propuso al de remera que deje unas palabras para cuando a Diego le llegue el día de su muerte. “Uhh, ¿qué le diría?”, piensa. Y define: “Gracias por haber jugado al fútbol, gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.

 

Fuente: Clarín.

El patinaje artístico continúa mostrando un destacado despliegue en los Juegos Deportivos Misioneros, el programa del Ministerio de Deportes que este año se lleva a cabo en modalidad virtual y participativa, un formato readecuado a las circunstancias.

La segunda de las tres presentaciones programadas a partir del trabajo mancomunado entre la Federación Misionera y el Ministerio de Deportes, fue durante la mañana de este sábado a través de la plataforma Cisco Webex Meetings y la página de Facebook de la entidad.

Con composiciones registradas en establecimientos deportivos o sedes habilitados, respetando los protocolos, 82 patinadoras y patinadores fueron parte de la exhibición en las categorías C 4ª y C 3ª, bajo la modalidad Libre.

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Cada una de las coreografías tuvo una duración aproximada de un minuto y medio y fue apreciada detalladamente de manera virtual desde el CePARD (Posadas), por las juezas Evelin Filsinger (Nacional), Maia Betancur (Federativa) y el juez Rafael Mazo (Nacional), quienes efectuaron la devolución técnica y destacaron el nivel.

Los clubes o escuelas de patín que estuvieron presentes en la nueva presentación con niñas, niños y jóvenes de 6 a 18 años, fueron la Escuela Municipal Apóstoles, Escuela de Patinaje Artístico de Jardín América, Sembrando Futuro (Gobernador Roca), Cataratas sobre Ruedas (Iguazú), Hotweels (Posadas), Unión Cultural y Deportiva Eldorado, Asociación Alemana de Cultura y Deporte (Posadas), Alas sobre Ruedas (Puerto Rico), Sueño sobre Ruedas (Posadas), Centro Cultural Germano Argentino (Leandro N. Alem), club Huracán (Montecarlo), AEMO (Oberá), Asociación Patinadores Montecarlo (APM) y Patín Artístico Municipal Cerro Azul.

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Desde la Federación Misionera de Patinaje, volvieron a destacar y agradecer la tarea de participantes, técnicas y familiares. En este caso fue a través de la tesorera Rossanna Aizcorbe, quien fue la encargada de la apertura de la exhibición.

La tercera y última presentación de la disciplina será el próximo sábado, con las categorías C 2ª y C 1ª, con presencias también de Oberá, Alem, Eldorado, Gobernador Roca, Posadas, Apóstoles, Iguazú, Cerro Azul, Jardín América, Montecarlo y Puerto Rico.

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Esta versión readecuada de los Juegos Deportivos Misioneros es una gran oportunidad para que, en el contexto generado por la pandemia, el patinaje artístico de la provincia esté mostrando la tarea que viene realizando para el desarrollo y crecimiento. De esa manera, en modalidad virtual y con espíritu participativo, se mantienen la motivación, entusiasmo y expectativas de niños, niñas y jóvenes de toda Misiones.