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En medio del debate de las iniciativas para frenar el tarifazo energético impuesto por el Gobierno nacional, Misiones había centrado sus expectativas en una iniciativa del bloque misionerista, que pretendía conseguir impuestos cero para los combustibles que se expendan en la provincia. Sin embargo, la iniciativa que había sido presentada por Daniel Di Stefano, fue bloqueada por Cambiemos, con el voto negativo de otro misionero, el radical Luis Pastori.

El objetivo era conseguir alguna compensación para paliar las asimetrías y recuperar lo perdido con la caída del ITC diferenciado que beneficiaba a Posadas y que desapareció el 1 de marzo con la vigencia de la reforma tributaria. El proyecto buscaba impuesto cero para los combustibles comercializados en Misiones hasta once millones de litros de nafta y seis millones de gasoil. Según fuentes del sector, en febrero se vendieron en Misiones 18.000.000 de nafta y 24.000.000 de litros de gasoil.

Desde la liberación de los precios del combustible, Misiones es el lugar del país donde más aumentó el precio del combustible. La nafta súper aumentó 50,5 por ciento interanual, acentuando las asimetrías con Encarnación, donde el mismo combustible se consigue por ocho pesos menos, lo que eleva la diferencia a 500 pesos en un tanque promedio. Por eso, las cámaras empresarias locales advierten que por mes se fugan más de 800 millones de pesos, solamente desde Posadas.

Los legisladores del bloque misionerista insistieron en que el problema de la diferencia de precios no es sólo de Posadas, sino de todas las localidades fronterizas, por lo que pidieron que el beneficio sea para toda la provincia.

Di Stéfano habló de lo perjudicada que está Misiones desde la liberación del precio del combustible. “Misiones pierde hasta 800 millones de pesos mensuales”, señaló, alertando sobre la cantidad de comprovincianos que van a cargar sus tanques a Encarnación y las vecinas ciudades brasileñas. El presidente del bloque misionerista, Jorge Franco avaló sus dichos diciendo que el costo fiscal de lo que pedían sería inocuo porque “se va a compensar cuando los misioneros y los argentinos se queden a comprar en la provincia”. El proyecto fue apoyado por 114 diputados –votaron a favor Di Stefano, Franco, Verónica Derna y Flavia Morales y la kirchnerista Cristina Britez- y rechazado por 102, entre los que sorprendió la postura de Pastori, el promotor del frustrado artículo 10 de la ley Pymes, que nunca se reglamentó y con el que se pretendía darle al Presidente herramientas para paliar las asimetrías.

Lo llamativo es que el propio Pastori había reclamado que Misiones se pliegue al reclamo del presidente Mauricio Macri para bajar impuestos a la energía eléctrica. “Si la Renovación acepta el pedido del Presidente, Emsa puede bajar la tarifa en 8 por ciento”, señaló el radical. El diputado Gustavo González también sugirió que Misiones “imite a la gobernadora Maria Eugenia Vidal”, sin mencionar que la bonaerense recibió un “respaldo” de la Nación de 40 mil millones de pesos, a cuenta de la coparticipación del resto de las provincias.

Los costos internos en Misiones están lejos de equiparar los nacionales. Por la quita de subsidios decidida por Nación, entre 2015 y 2017 la electricidad aumentó 562 por ciento, el agua 338 y el gas 223 por ciento. El peso promedio de una canasta de servicios públicos rondaba el 6% del salario mínimo, mientras que en el 2018 este porcentaje subió al 21 por ciento.

Misiones, en cambio, tiene una de las cargas impositivas más bajas del país, mucho menos que Buenos Aires y lejos del 27 por ciento de IVA que cobra la Nación.

El gobernador Hugo Passalacqua ordenó una rebaja del cinco por ciento en la tarifa final que paga el consumidor de hasta 300 kilowats, lo que se suma al esfuerzo de quita del Valor Agregado de Distribución, con lo que se resignaron 80 millones de pesos en lo que va del año.

Fuente: economis.com.ar