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El ministro busca el aval del Tesoro para cerrar el acuerdo con el organismo. Se ratifica mayo como límite temporal.

El Gobierno apuesta a cerrar el acuerdo con el FMI antes de encarar una nueva negociación con el Club de París. El almanaque marca entonces el mes de mayo como el límite temporal. Si bien a fines del año pasado fuentes vinculadas al Frente de Todos habían relativizado la importancia de lograr este objetivo, en las últimas horas el ala de funcionarios del área económica presidido por el ministro Martín Guzmán parece haber apurado las gestiones y redoblado la intensidad para alcanzar esta meta. Para eso, el propio Guzmán tiene pensado viajar a Washington en las próximas semanas. Esto fue confirmado por allegados al ministro que trabajan junto al economista y también por el embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello, quien no obstante dijo que la fecha aún no está del todo confirmada.

Otras fuentes de Economía, sin embargo, señalan que, de no mediar contratiempos relacionados con la pandemia, sería a fines de febrero o en los primeros días de marzo. Además, consignan dos reuniones de las que participará Guzmán: por un lado, un encuentro con Janet Yellen, la flamante secretaria del Tesoro de los EE.UU. Por otro, con Kristalina Georgieva, cabeza del Fondo Monetario Internacional.

Yellen, quien también fue la primera mujer que llegó a estar al frente de la Reserva Federal (Fed, en la jerga financiera) terminó por ganar un puesto clave, a partir de una reputación de “paloma” al frente de la entidad monetaria, sobre todo por su predisposición a la ayuda financiera con “dinero barato” (tasas marginalmente bajas y paquetes de recompra de bonos), que es justamente lo que la Argentina necesita nuevamente para refinanciar su deuda con el Fondo.

El Gobierno de Biden ostenta 16,5% de los votos en el FMI, y la “costumbre” de llamar desde el Tesoro estadounidense al organismo ya se vio hace algunos años, cuando el gobierno de Trump llamó a Christine Lagarde para que firme el mayor préstamo de la historia, violando el propio reglamento del Fondo. Yellen podría acompañar el pedido de Guzmán para un menor ajuste, al margen de que el nuevo acuerdo obligaría a una tutoría más sólida que la que establecía el acuerdo stand by.

Pero del dato contundente es que el marido de Janet Yellen, George Akerlof, compartió el premio Nobel de economía con Stiglitz, padrino académico de Guzmán y economista de cabecera de Cristina Fernández de Kirchner. Akerlof además trabajó como investigador en el FMI. Esa es la puerta que quiere golpear Guzmán. La del Tesoro.

Según se pudo saber, en la embajada argentina también le está pidiendo al secretario de Energía, Darío Martínez, un viaje a Washington. Para ello el propio Martínez mantendrá una reunión en las próximas horas con personal diplomático, si bien hasta ahora no hay confirmación del viaje.

Las fuentes de Gobierno afirman algo: que por más colegiado que sea el FMI, el voto fundamental para destrabar la negociación lo ostenta el gobierno de los Estados Unidos a través del Capitolio. Es decir, que la negociación de carácter político entre el gobierno de Alberto Fernández y el Biden precede a las cuestiones técnicas y financieras. La Argentina viene de afrontar el primero de una serie de exámenes ante el FMI cuando pagó el último lunes 315 millones de dólares, mientras negocia un acuerdo por una deuda con el FMI que supera los 44.000 millones de dólares. La idea consensuada hasta el momento es que recién se comenzaría a pagar vencimientos en 2025 y no en septiembre de 2021 como establecía el acuerdo anterior. Será, en principio, un acuerdo distinto, de “Facilidades Extendidas”, que otorga un margen de entre 7 y 10 años, el plazo al que apunta Argentina.

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