En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Accidente Cerebrovascular (ACV), que se conmemora este 29 de octubre, desde el Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” informan sobre la patología, al tiempo que mencionan la prevalencia, las medidas de prevención, síntomas y cuándo recurrir a la Guardia de Emergencia.
En este sentido, el Responsable del Servicio de Neurología Clínica, del mencionado Centro Asistencial, Dr. Hugo Solis explicó qué es un Accidente Cerebrovascular (ACV) y los típos que pueden existir. “Se trata de una afección neurológica, existen dos tipos, la isquémica y la hemorrágica, la primera representa el 85 % de los accidentes cerebrovasculares y los casos hemorrágicos el 15 %”.
Por lo que, agregó datos del accidente cerebrovascular isquémico. “Se produce cuando una arteria se tapa, por lo que el flujo sanguíneo que iba a abastecer una parte del cerebro se interrumpe y las neuronas que debían recibir ese aporte sanguíneo, de oxígeno y glucosa, mueren. Si esa neurona tiene la función del habla esa persona no va a tener dificultad para hablar, si se encarga de la motricidad del cuerpo derecho o izquierdo, el paciente no podrá mover esa parte del cuerpo afectada, también se puede dañar el área de la visión, entre otras”.
Al tiempo que, se refirió al accidente cerebrovascular del tipo hemorrágico. “En estos casos la arteria se rompe, entonces en el cerebro se observa un hematoma, es lo que antes se denomina como , presenta un índice de mortalidad más elevado”.
En relación a la prevalencia de los ACV, el Profesional mencionó que son muy frecuentes. “Se registran entre 50 a 70 casos, cada 100 mil habitantes.
También, el Profesional se refirió a los factores de riesgo. “El primer factor de riesgo, tanto del accidente cerebrovascular isquémico como el hemorrágico, es la hipertensión arterial. La presión arterial normal es de 120-80, a medida que nos vamos alejando de esos parámetros, elevando los registros, vamos sumando más posibilidades de tener un accidente cerebrovascular”.
Otros factores de riesgo modificables, que agregó el Dr. Hugo Solis, son el tabaquismo, sedentarismo, obesidad, síndrome de apneas del sueño, las arritmias cardíacas, la trombofília, el colesterol elevado, entre otros.
En cuanto a los factores de riesgo no modificables, que pueden predisponer a la persona a los ACV, mencionó a la genética, es decir, ser parte de familias con antecedentes de esa patología y la edad: tener más de 65 años.
A modo de prevención, señaló que es fundamental trabajar en modificar los factores de riesgo, llevando una alimentación saludable, realizando actividad física en forma regular, no fumar, controlar la presión arterial y los valores de colesterol.
Finalmente, se refirió a los síntomas de los ACV y qué hacer ante la presencia de estos síntomas. “Es importante observar a la persona, sobre todo el rostro, ver si pierde la simetría: la sonrisa se corre de lado, si le cuesta hablar, si arrastra la palabra, cuando le pedimos que levante los brazos uno de estos se cae, son síntomas que nos tienen que hacer pensar en un ACV, por lo que son de consulta para la guardia de emergencias, donde se evaluará al paciente. No hay que perder tiempo en esos casos”.