Es muy importante que los padres presten atención a la capacidad visual, tanto del recien nacido como del niño, y si tienen dudas, acudan a un óptico para realizar un examen. En Hola Misiones el cirujano y oftalmólogo, Carlos Krause brindó algunos tips para realizar una prueba común en el hogar.
Quizás recuerdas que siendo un niño pasaste algún examen visual donde veías gráfico con la letra E en diferentes tamaños y posiciones (test de Snellen). Hoy en día este examen visual para niños solo detecta una pequeña parte de los posibles problemas visuales, por tanto no es bueno limitarse a esta simple prueba.
Con este sencillo test el padre o el profesor puede detectar si el niños es capaz de leer un texto en la pizarra o en un libro, pero este examen no permiten determinar si el niños es capaz de leer un libro.
Si notas alguno de estos síntomas en tus niños, sería muy recomendable realizar un examen visual con un óptico, ya que es probable que el niño tenga algún problema de la vista:
El niño se cubre un ojo o los entrecierra.
El niño parpadea o se frota los ojos en exceso.
El niño se distrae y evita las tareas que precisan de visión de cerca.
El niño acerca mucho la cabeza al libro mientras lee o se confunde de línea.
Al niño le duele la cabeza o tiene mareos.
El niño gira o inclina la cabeza a un lado.
Según la edad del niño, se deberían de realizar los siguientes exámenes visuales preventivos:
Entre cero y cinco años, a estas edades el niño tiene una gran dependencia de la visión, experimenta grandes cambios, y por ello se recomienda hacer un examen visual anual.
Entre cinco y seis años, edades en las que el niño afronta la escolarización, y donde ya no solo importa la agudeza visual, sino también otros aspectos que aborda un examen visual en profundidad.
A partir de los seis años, y hasta que el niño llega a la universidad, el esfuerzo visual será cada vez más intenso, con lo que sería recomendable realizar un examen visual al inicio del curso académico.