Investigadores de la Universidad de Oxford hallaron que la dexametasona, un esteroide de bajo costo, es efectiva en personas que están con respirador o recibiendo oxígeno.
Un fármaco barato y de fácil acceso en todo el mundo llamado dexametasona puede ayudar a salvar vidas de pacientes que se encuentran graves a causa del coronavirus, según un estudio de la Universidad de Oxford divulgado este martes.
El equipo de investigación que trabaja en el estudio desde marzo pasado cree que el tratamiento a base de dosis bajas de esteroides supone un gran avance en la lucha contra la Covid-19 al reducir el riesgo de muerte en un tercio de los pacientes asistidos con ventilación mecánica, informó este martes la agencia EFE.
En el caso de los que atraviesan una etapa más grave de la enfermedad y que dependen del oxígeno, el citado fármaco reduce las muertes en una quinta parte, de acuerdo con estos hallazgos.
Esta medicina se está empleando en el que se considera el mayor ensayo clínico del mundo, donde se experimenta con tratamientos existentes para otras enfermedades con el objetivo de determinar si también funcionan para combatir el coronavirus.
Según estimaciones de los investigadores, si el fármaco hubiera estado disponible en el Reino Unido desde el inicio de la pandemia, se habrían podido salvar hasta 5.000 vidas.
Además, por su bajo costo, consideran que podría ser muy beneficioso en los países pobres que afrontan grandes números de enfermos por la transmisión del virus SARS Cov-2.
El estudio recordó que unos 19 de cada 20 pacientes que se infectan de coronavirus mejoran sin tener que ser hospitalizados, y entre quienes requieren atención en un centro médico la mayoría también experimenta una mejoría, aunque algunos podrían necesitar oxígeno o ventilación mecánica. Estos últimos son los considerados pacientes de alto riesgo a los que la Dexametasona parece ayudar.
La dexametasona se utiliza para reducir inflamaciones en el caso de otras condiciones médicas y ayuda, al parecer, a detener parte del daño que se origina cuando el sistema inmunológico se sobreactiva mientras intenta luchar contra el coronavirus.
En este ensayo clínico participaron unos 2.000 pacientes de hospitales, a los que se administró la medicina y su evolución se comparó con otros 4.000 enfermos a los que no se les prescribió.
En el caso de los pacientes conectados a ventiladores mecánicos, la dexametasona redujo el riesgo de muerte de un 40 a un 28%, al tiempo que en el caso de los enfermos que precisaron de oxígeno, el tratamiento disminuyó el riesgo mortal de un 25 a un 20%.
"Este es el único fármaco hasta la fecha que ha mostrado que reduce la mortalidad y la reduce de manera significativa. Es un gran avance", afirmó el investigador principal del estudio, Peter Horby.
Para Martin Landray, otro de los científicos involucrados, los hallazgos sugieren que de cada ocho pacientes tratados que precisan de respiración asistida por ventiladores mecánicos, se podría salvar una vida. En cuanto a los que necesitan abordaje con oxígeno, se salva una vida de cada 20-25, agregó.
Este es el único fármaco hasta la fecha que ha mostrado que reduce la mortalidad y la reduce de manera significativa. Es un gran avance”
PETER HORBY, INVESTIGADOR PRINCIPAL DEL ESTUDIO
"Hay un claro beneficio. El tratamiento consta de diez días de Dexametasona y cuesta unas 5 libras (6,2 dólares) por paciente. Así que esencialmente cuesta 35 libras (43 dólares) salvar una vida. Es un fármaco que está disponible en todo el globo", remarcó Landray.
Según el experimento, la Dexametasona no parece ayudar a personas que presentan síntomas leves de coronavirus, que son quienes no necesitan asistencia para respirar.
En el ensayo, que comenzó a realizarse en marzo pasado, se incluyó también el producto empleado para tratar la Malaria, la hidroxicloroquina, que recientemente fue desechado ante el temor de que incremente el número de muertes y de problemas coronarios.
Otro denominado remdesivir, un tratamiento antiviral que parece acortar el periodo de recuperación en pacientes con Covid-19, ya está disponible en el servicio público de salud del Reino Unido.