En caso de confirmarse su permanencia en el cargo legislativo, le correspondería suceder al expresidente Evo Morales al mando del Ejecutivo.
La presidenta del Senado boliviano, Adriana Salvatierra, afirmó que aunque renunció públicamente a su cargo, la Cámara de Senadores todavía no trató su dimisión de manera formal y por ello considera que aún permanece en funciones. Así, intentó ingresar al Parlamento este miércoles, pero las fuerzas de seguridad le bloquearon el acceso y se vivieron momentos de tensión.
En caso de confirmarse que aquella política no dimitió de sus funciones públicas más allá de sus declaraciones, debería ser la encargada de asumir el control del Ejecutivo. El martes, la vicepresidenta segunda de la cámara alta, Jeanine Añez Chavez, se había autoproclamado presidenta interina de Bolivia luego de que otros funcionarios de rango superior habían presentado su dimisión, al menos de forma pública.
Sin embargo, Salvatierra trató de entrar al recinto junto a dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), en medio de empujones y fuertes discusiones con los uniformados. "¡Respeto para la presidenta del país!", vociferaron algunos militantes socialistas, al considerar que aquella referente debería asumir el control de la Presidencia boliviana.
"Mi renuncia tiene que ser analizada por la Asamblea"
Acto seguido, Salvatierra brindó una rueda de prensa en la que aseguró que ella y otras parlamentarias "han sido violentamente agredidas" por las fuerzas de seguridad, tras haber recibido golpes y agresiones con gas. Por otro lado, aseguró: "Antes de que salgan las fuerzas militares a las calles, prefiero retirar mi presencia al frente del Estado". No obstante, aclaró que aunque hizo pública su renuncia, esta tiene que ser puesta "en consideración de la Asamblea".
Posteriormente, en un mensaje difundido en redes sociales, Salvatierra aclaró que están "iniciando una lucha por la recuperación de la democracia y contra el golpe de Estado".
"Eso [la lucha por la democracia], así como nuestra bandera, debe ser la lucha que una a todo el pueblo boliviano", agregó en un video.
Desde su exilio en México, el expresidente Evo Morales escribió en Twitter que aquella situación es un "nuevo atentado del golpe de Estado artero". En ese tono, consideró que "legisladores del pueblo han sido brutalmente reprimidos e impedidos de ingresar a la Asamblea". Y concluyó: "El golpe racista y fascista se hunde en la ilegalidad".
En medio de empujones y gritos, Salvatierra señaló a uno de los policías del lugar que no renunció ni a la presidencia del Senado ni a su curul parlamentario, según el portal Oxígeno.https://t.co/V3XZREQjIF
— Opinión Bolivia (@Opinion_Bolivia) 13 de noviembre de 2019
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Golpe de Estado
Este domingo las Fuerzas Armadas y la Policía solicitaron públicamente la renuncia del presidente, quien anunció su dimisión para evitar una escalada de violencia. Así, el dirigente indígena logró refugiarse en México, al mismo tiempo que otros funcionarios de alto rango, como el vicepresidente Álvaro García Linera, renunciaron a sus cargos.
Ante esta situación, la vicepresidenta segunda del Senado, la opositora Añez Chavez, se autoproclamó como mandataria interina este martes, a pesar de que el recinto del Parlamento no tenía 'quórum' para sesionar y validarla. Según la normativa local, en caso de vacancia, el Ejecutivo debería ser dirigido por el funcionario en funciones de mayor jerarquía, pero los altos mandos habían comunicado sus renuncias.
La presidenta del Senado boliviano, Adriana Salvatierra, intentó ingresar al Parlamento este miércoles, pero las fuerzas de seguridad le bloquearon el acceso y se vivieron momentos de tensión https://t.co/MrOBvEaVhw pic.twitter.com/8K6Oq5KE2b
— RT en Español (@ActualidadRT) 14 de noviembre de 2019
Así, tras lograr la aprobación del Tribunal Constitucional, asumió sus funciones al frente del Ejecutivo boliviano y se espera por saber cuándo se convocarán a nuevas elecciones. Sin embargo, resta por ver si la salida de Salvatierra se hace efectiva o si, por el contrario, retoma el control al frente del Senado. En ese caso, se abrirían nuevas incógnitas sobre quién debería queda a cargo de la Presidencia.