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Los dirigentes se reunieron este miércoles con la Comisión Médica de la entidad y terminaron de darle forma al documento, que fue elevado al Ministerio de Salud para su aprobación

Los principales dirigentes de la AFA y de la Liga Profesional, que nuclea a los clubes de élite, se reunieron de manera virtual junto a la Comisión Médica y terminaron de darle forma al protocolo de cara a la vuelta a los entrenamientos de los planteles, que fue elevado al Ministerio de Salud con la misión de ser aprobado y que las partes puedan ponerle fecha al regreso de la actividad (se planifica que en agosto los jugadores podrán volver a pisar los campos de juego para la puesta a punto).

El diálogo fue comandado por Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y por Donato Villani, jefe del departamento médico de la entidad. Los participantes fueron puliendo el documento sobre el que ya venían trabajando, basado en el protocolo elevado por la Conmebol.

“Es fundamental entender que sólo se podrá jugar al fútbol cuando los beneficios para la salud, la sociedad y la economía superen los riesgos de la enfermedad, al tiempo que se garantice la seguridad de los deportistas, personal específico, árbitros, público aficionado y de la sociedad en general”, subraya. “No se puede jugar al fútbol mientras estén vigentes las medidas estrictas de prevención (es decir, durante etapas de cualquier tipo de confinamiento)”, agrega, en consonancia con el anuncio de Chiqui Tapia de hace algunas semanas, en el que advirtió que la pelota volverá a rodar cuando la Argentina esté en “fase 4″.

El protocolo se centra en tres grandes ejes: “Higiene y distanciamiento en los entrenamientos”, “Testeos y seguimiento” y “Precauciones en los desplazamientos y las instalaciones”. En el primer ítem, por caso, recomienda que no haya más de seis futbolistas o árbitros durante una sesión de entrenamiento en la misma cancha, que ellos sean los únicos exceptuados en el uso del tapaboca en el área de práctica, evitar ofrecer refrigerios a los participantes y que cada futbolista lleve su propia hidratación; además de las recomendaciones inherentes a toda la población (lavado de manos, distanciamiento social, desinfección).

En cuanto a los tests, las pruebas serán públicas y realizadas “por personal independiente de la entidad, competente y previamente capacitado”; es decir, no estarán a cargo del cuerpo médico de cada club. Es más, señala que “una propuesta correcta de procedimiento” es “realizar el test a todos los futbolistas / árbitros que regresen a la actividad y a aquellos que hayan tenido cualquier tipo de contacto”.

“El primer test se realizará 72 horas antes del regreso a la actividad y el segundo luego de la primera sesión de entrenamiento. Luego, semanalmente”, resalta sobre la frecuencia de las pruebas. Incluso sugiere la opción de “realizarlas sin bajar del propio vehículo”.

En el cónclave se hizo hincapié en los traslados “puerta a puerta” de los jugadores y trabajadores de los clubes desde sus hogares a las instalaciones, sin pasar por el transporte público. Serán las instituciones las que deben encargarse de proveerles un medio si no poseen vehículo propio.

Aunque no está indicado en el protocolo, el presupuesto mensual para realizar los testeos a todos los integrantes de un plantel profesional (jugadores, cuerpo técnico y médico, auxiliares, etc.) oscila los 750.000 pesos. Desde AFA ya adelantaron que respaldarán económicamente a las instituciones para poder cumplir con los requisitos para volver a los entrenamientos.

A su vez, la Conmebol anunció la distribución de un fondo de 6 millones de dólares para las 10 asociaciones, de los cuales 2 millones están destinados a gastos de laboratorio, mientras el resto podrá ser invertido de acuerdo a las necesidades de cada entidad.