El Intendente entregó un reconocimiento a la inspectora de Transporte Silvia Almada, quien el pasado jueves 12 de noviembre asistió un parto en la Terminal de Transferencia de Quaranta.
En un sencillo acto llevado a cabo en la Sala de Situación del edificio municipal, el intendente de Posadas Leonardo “Lalo” Stelatto entregó un reconocimiento a la inspectora Silvia Almada, quien el pasado jueves 12 de noviembre asistió un parto en la Terminal de Transferencia de Quaranta. También participaron el secretario de Movilidad Urbana Ing. Lucas Jardín y la Directora General de Movilidad Urbana Arq. María Eugenia Castro.
Tras entregar el reconocimiento, Stelatto afirmó: “Queremos premiar todas las buenas acciones de todos los empleados y esperamos que acciones como estas sigan replicándose”, además agradeció el gesto y la responsabilidad que trascienden la tarea laboral, “te agradezco por la valentía de asumir y colaborar en una situación complicada en la que muchas veces otros miran para otro lado”.
De inspectora a heroína
La mañana parecía tranquila para Silvia Almada, inspectora municipal de la Secretaría de Movilidad Urbana, quien el pasado jueves 12 de noviembre se encontraba cumpliendo sus funciones en el andén 10 de la Estación de Transferencia de la avenida Quaranta y Santa Catalina, y enfrentó una de las experiencias más emocionantes y lindas en su profesión.
Ese día pasadas las 7 de la mañana recibió la llamada de una integrante de la Policía de Misiones que también se desempeñaba en ese lugar para que asistiera a una joven embarazada que tenía fuertes contracciones, es que la prisa de la bebé por llegar al mundo le ganó a la velocidad del transporte público de pasajeros. Cuando Silvia arribó al andén 30, donde se encontraba la mujer, se percató que faltaba poco para que diera a luz. Es así que recordó sus aprendizajes en los cursos de primeros auxilios y atención en el parto, que había realizado tiempo atrás y puso en práctica sus conocimientos ante el inminente nacimiento.
La pequeña valiente nació sana, y su alumbramiento no tuvo complicaciones. Fue Silvia, quien en un acto de empatía, servicio, convicción y fortaleza, asistió a la madre y tomó en su brazos a la beba. Cuando escuchó llorar al bebé fue una emoción muy fuerte y comprendió que todo marchaba por el buen camino. Luego cortó el cordón umbilical para que ambas tuvieran ese primer contacto y sellar así la unión y ese amor incondicional para toda la vida.
Posteriormente, tanto la niña como su progenitora fueron trasladadas al Hospital Materno Neonatal de la capital misionera para recibir los controles y las atenciones médicas necesarias, donde se estableció que ambas se hallaban en perfectas condiciones de salud. La recién nacida, pesó 2,800 kg, es la segunda hija de Elizabeth y Francisco.
Tras cumplir su obra solidaria, la inspectora analizó la envergadura de su valiente acción anhelando que la llegada de esa pequeña bebé complete a la familia, sin dejar de olvidar su misión diaria de servicio a la comunidad.